Los extras de la película.
"Qué bonito podría ser dejar huella en los lugares,
como los lugares dejan huella en nosotros."
Viví seis meses en las Islas Canarias.
Diez extraños coincidimos en ese momento y espacio, donde el tiempo parecía detenerse y la vida se vivía descalza. Así creamos lo que hoy llamamos nuestra familia elegida.
Si algún día pasas por Famara, notarás enseguida La Mar Café, nuestra segunda casa durante esos meses. Allí, nuestro amigo D se enamoró de una guiri y, tras mucha espera y expectativa, consiguió una cita con ella. Aquella noche, D durmió en casa de la guiri, pero lo único memorable de esa primera y única cita fue el chupito que bautizamos en su honor: "tres minutos". Todavía lo puedes pedir por 3 euros en La Mar Café. Cuatro años después, solo queda ese pequeño rastro de nuestro paso por allí.
Fuimos solo pasajeros en la historia de aquel pueblito surfero, pero para nosotros siempre habrá un antes y un después de Famara.
Aprendí a surfear, a bucear, a montar en skate. Aprendí del calor y el humor andaluz, y a cantar rumba catalana. Volví a reconectar con mi idioma, a bailar con mi música latina, a vivir más lento y descalza. Aprendí a valorar la lluvia porque pinta unos colores en el cielo que no tienen sentido. Años viviendo en París me habían hecho odiarla, pero cuando ves flores brotar de rocas volcánicas, entiendes su magia.
En Famara descubrí lo de ser nómada. En Famara dejé mi vida en París, en Famara compré mi pasaje de ida a Bali sin saber qué me esperaba. En Famara aprendí que podía vivir la vida que quería sin abandonar mi profesión.
Hay lugares que te marcan para siempre. En el fondo lo sé: no es el lugar en sí, fueron las personas, los momentos; mi momento. Creo que por eso a veces me da reparo volver a destinos que significaron tanto. Quiero que el recuerdo quede intacto y sé que no será lo mismo. Que me he ido y el tiempo ha pasado, y mi paso y el de los míos por ese lugar ha dejado solo huella en nosotros.
Ese lugar que alguna vez sentí tan mío, no me pertenece, nunca lo hizo. Mi historia es solo una más de tantas. Creo que es algo típico del ser humano, nos cuesta entender que no somos los protagonistas. Como dice el escritor argentino Casciari, entender que el lado B de la historia a veces es mucho más interesante. Que nuestra vida es el personaje secundario de la de otros y, en el caso de los lugares, somos incluso tan solo los extras de la película.
Casciari es un genio contando historias, tanto que vive de ello. Te comparto mi favorita.
Recuerdo mis viajes y la vida en general a través de canciones. Esta es la playlist que escucho cada vez que necesito teletransportarme a aquel lugar.